8 de marzo: Mujeres destacadas analizan la situación de la región latinoamericana
Grupo de Diarios de América (GDA) seleccionó a un conjunto de destacadas mujeres de distintos rubros para que representen a cada país miembro de esta alianza informativa y evalúen los principales obstáculos que encuentran en nuestra región.
Hoy se cumplen 48 años desde que la ONU declaró al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha, elegida para conmemorar a las 129 trabajadoras que fallecieron durante el incendio en la fábrica Cotton de Nueva York en 1908 mientras reclamaban por sus derechos laborales, pretende analizar cómo se plantean nuestras sociedades para las mujeres, cuán equitativos hemos sido y cuáles son las principales amenazas para el género femenino.
En el caso de Latinoamérica y el Caribe, por ejemplo, por un lado celebramos ser la región con mayor participación femenina en los parlamentos nacionales, pero por otro lamentamos que en promedio unas 12 mujeres son asesinadas cada día por razón de género.
Por ello, este 8 de marzo el Grupo de Diarios de América (GDA) seleccionó a un conjunto de destacadas mujeres de distintos rubros para que representen a cada país miembro de esta alianza informativa y evalúen los principales obstáculos que encuentran en nuestra región, las lecciones que dejó la pandemia de COVID-19 y expliquen qué es lo que más le cuesta entender al hombre latino sobre el rol actual de la mujer.
Estas fueron sus respuestas:
(LA NACIÓN DE ARGENTINA) Inés Camilloni, miembro de la Comisión Mundial de Ética en el Conocimiento Científico y la Tecnología de UNESCO.

¿Cuál es el principal obstáculo que enfrenta la mujer latinoamericana?
En los últimos años las mujeres latinoamericanas han logrado mejoras significativas en lo que se refiere a su inclusión en procesos científicos y tecnológicos, así como en la producción en ciencia y tecnología. Sin embargo, todavía persisten obstáculos personales, culturales e institucionales que limitan su desarrollo pleno, entre los que se encuentran las responsabilidades de cuidados que afectan particularmente a sus trayectorias académicas en distintas etapas, y las ubican en clara desventaja respecto de sus pares varones.
Según McKinsey & Company, 54 millones de mujeres de todo el mundo dejaron de trabajar en el 2020 a causa de la pandemia de COVID-19, ¿qué lecciones para la mujer cree usted que dejó la pandemia?
Durante la pandemia las tareas de cuidado se incrementaron en una proporción importante
para mujeres científicas, afectando su producción y aumentando la brecha con colegas varones que, por el contrario, publicaron más que en condiciones normales. La lección es que la brecha de género sigue estando y ante situaciones de crisis como la pandemia, se amplifica notoriamente.
¿Qué es lo que más le cuesta entender al hombre latino respecto al rol actual de la mujer?
La igualdad de género está avanzando en la dirección de generar sociedades más justas y equitativas en América Latina, aunque todavía queda mucho por hacer. El hombre latino debe entender que la igualdad en el hogar, el acceso a la educación y a la salud, las oportunidades en el mercado laboral y financiero, y la participación en la vida política de las mujeres contribuye a mejorar el bienestar de las sociedades y al desarrollo económico.
(LA PRENSA GRÁFICA, EL SALVADOR) Marisol Argueta, abogada y directora para América Latina del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés)

¿Cuál es el principal obstáculo que enfrenta la mujer latinoamericana?
Las mujeres enfrentan múltiples obstáculos y continúan siendo afectadas por diferentes formas de discriminación en América Latina. La discriminación comienza a una edad temprana por razones culturales, estereotipos y costumbres, que en muchos casos las relega a ciertas condiciones sociales y espacios educativos, las limita en determinadas actividades económicas y las ubica en posiciones de desventaja en la sociedad. También persisten normas jurídicas y prácticas laborales que perjudican sus derechos, su acceso al mercado laboral y su progreso a posiciones de liderazgo, y siguen existiendo brechas considerables con relación a los hombres, por ejemplo, de tipo salarial. El acoso en el trabajo, los embarazos prematuros, la violencia contra la mujer y el aumento de los feminicidios continúan siendo desafíos que generan grave preocupación en nuestra región.
Según McKinsey & Company, 54 millones de mujeres de todo el mundo dejaron de trabajar en el 2020 a causa de la pandemia de COVID-19, ¿qué lecciones para la mujer cree usted que dejó la pandemia?
La emergencia de salud provocada por la pandemia del Covid-19, llevó al cierre de centros educativos y de establecimientos de cuidados, e impactó mayormente a los sectores más intensivos en mano de obra femenina, incluyendo el empleo informal y en las micro, pequeñas y medianas empresas donde también predominan las mujeres. La OIT calcula que unos 23,6 millones de puestos de trabajo femeninos se perdieron, habiéndose recuperado solamente unos 19,3 millones. Ello significa que aún falta recuperar más de 4 millones de puestos de trabajo femeninos.
Además de la contracción del empleo, las mujeres vieron afectada su autonomía económica también en parte por el incremento en la carga de trabajo en el hogar, que no es remunerado y que hace difícil conciliar las actividades domésticas con las responsabilidades laborales, limitando la posibilidad de su participación plena en el mercado laboral. Los confinamientos también tuvieron repercusiones gravísimas causando un alza alarmante en materia de violencia doméstica. Todo ello impactó en mayor medida en las mujeres jóvenes, de bajos recursos y con ocupaciones de menor calificación.
Para revertir el impacto en el empleo femenino y la profundización de la brecha que fue amplificada por esta crisis, es importante mantener una perspectiva de inclusión y equidad en el análisis, planificación, rediseño y aplicación de políticas, programas, prácticas y normativa, especialmente con un enfoque de futuro que facilite a las mujeres la recuperación de espacios considerando las tendencias y evolución de los empleos, debiéndose fortalecer la educación y las capacidades de las mujeres para la empleabilidad, el emprendedurismo y la economía digital.
Nuestro trabajo regional en el Foro Económico Mundial, en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo, nos ha permitido implementar una iniciativa para lograr la paridad. Hemos establecido ocho aceleradores de paridad en la región latinoamericana, creando alianzas con los gobiernos, el sector empresarial y la sociedad civil para identificar las barreras que inhiben el acceso, el progreso y el trato paritario de las mujeres en el mercado laboral y proponer soluciones prácticas para abordar y vencer esos obstáculos con la colaboración de todos los sectores involucrados.
Los efectos de la pandemia demostraron la necesidad de prestar atención a la economía del cuidado, que debe ser una prioridad en el ámbito de los estudios y elaboración de políticas dirigidas al avance de la mujer. Además, por otro lado, la modalidad del teletrabajo y el auge del comercio electrónico son solo dos ejemplos muy visibles en la tendencia inevitable hacia la digitalización. Esta tendencia y el aumento en el uso de las tecnologías emergentes obliga a desarrollar nuevas habilidades y competencias, y también requiere que se facilite a las mujeres el acceso a los recursos digitales, tanto a la conectividad, como a los equipos.
Los efectos socio-económicos de la pandemia, exacerbados por la poli-crisis que experimentamos al nivel global, requiere de respuestas conscientes, de soluciones innovadoras y de la colaboración público-privada para poder asegurar un desarrollo incluyente y sostenible en América Latina.
¿Qué es lo que más le cuesta entender al hombre latino respecto al rol actual de la mujer?
Las mujeres somos más del 51% de la población latinoamericana y un alto número de mujeres son jefas de hogar, muchas aportan el único ingreso económico para el sostén de sus familias. La mujer latinoamericana es el pilar de la familia y el aporte transgeneracional de las mujeres en la familia y en la sociedad es de importancia primaria; sobre ellas recae una alta responsabilidad social y también económica. El hombre latinoamericano debe reconocer que el empoderamiento de la mujer es una cuestión de justicia, de productividad y de importancia vital para la familia y para el desarrollo sano y robusto de la sociedad. Por ende, el hombre debe ser un verdadero agente de cambio que contribuya a eliminar las barreras sociales y culturales que impiden que las mujeres alcancen su verdadero potencial. El hombre debe involucrarse en educar, demostrar con su ejemplo y contribuir activamente al avance continuo y pleno de la mujer y en el logro de la equidad en todos los ámbitos.
(O’GLOBO DE BRASIL) Alice Pataxó, líder indígena.

¿Cuál es el principal obstáculo que enfrenta la mujer latinoamericana?
En mi experiencia de vivir en una comunidad indígena, digo que es la falta de acceso a la educación. La educación es un pilar y en Brasil, lamentablemente, sufrimos mucho con la búsqueda de una educación de calidad, estar en una buena escuela, llegar a la universidad. Y la desigualdad social aumenta mucho la deserción escolar de las mujeres, además de la maternidad temprana y otros problemas, sobre todo en territorio indígena.
Según McKinsey & Company, 54 millones de mujeres de todo el mundo dejaron de trabajar en el 2020 a causa de la pandemia de COVID-19, ¿qué lecciones para la mujer cree usted que dejó la pandemia?
Después de la pandemia, la idea de unión estuvo muy presente. El distanciamiento, la separación de las personas mostró cuán necesario es el diálogo entre mujeres, para ayudar a entender el universo de cada una, porque es esta unión la que hace crecer los movimientos de mujeres y por la igualdad, de la unión surgen nuevas ideas y nuevas políticas. La pandemia reforzó la iniciativa de unión, diálogo y entendimiento mutuo.
¿Qué es lo que más le cuesta entender al hombre latino respecto al rol actual de la mujer?
La desigualdad presente en varios espacios refleja un problema histórico: el hombre no está preparado para que la mujer tenga una posición de poder. Esto es claro en política, porque a pesar de los avances recientes, todavía estamos lejos del ideal. Brasil sigue siendo un país muy sexista y una cosa que me mata es que todavía se usa la frase “este no es un lugar de mujeres”. Esto nos pone en un lugar de sumisión que no nos pertenece.
(EL MERCURIO DE CHILE) Julieta Martínez, activista medioambiental y de género, creadora de la plataforma Tremendas.

¿Cuál es el principal obstáculo que enfrenta la mujer latinoamericana?
Tenemos que abordar hoy más que nunca la brecha de género en la educación. Hay zonas vulnerables en América Latina y el Caribe donde se espera que las niñas se casen y asuman funciones domésticas, no tienen la posibilidad de decidir lo que quieren hacer. Muchas de ellas gastan alrededor de cinco horas de su día en ir a buscar combustible o agua en vez de ir a la escuela, porque ese es su rol”.
Según McKinsey & Company, 54 millones de mujeres de todo el mundo dejaron de trabajar en el 2020 a causa de la pandemia de COVID-19, ¿qué lecciones para la mujer cree usted que dejó la pandemia?
Esta lección es para todos, hay que dignificar los roles de cuidado. Que se entienda que cuidar es trabajar, que la sobrecarga de trabajo doméstico no remunerado limita los derechos de las mujeres. En Chile las mujeres dedican seis horas diarias a este tipo de valores según la ONU, la mitad del tiempo que dedican los hombres. Se debe visibilizar el trabajo no remunerado como un pilar fundamental.
¿Qué es lo que más le cuesta entender al hombre latino respecto al rol actual de la mujer?
Se debe recordar que los ‘superpoderes’ son sobrecargas. El multitasking se presenta como un superpoder de mujer, cuando no es así. Se le ejerce un rol obligatorio y dejan de lado la corresponsabilidad. Hay que hablar de equidad de género. Que los jóvenes aprendan acerca de lo fundamental que es, ya que si la mitad de la población está fuera del mercado laboral, Latinoamérica no se puede desarrollar”.