Claudia Vega, guardiana del telar de cintura de Panchimalco

A sus 78 años de edad, Claudia Vega es un testimonio vivo de la tradición de tejer en telares de cintura, del municipio de Panchimalco. Su memoria ha hecho posible que esta expresión del folclor salvadoreño aún perviva.

El municipio de Panchimalco alberga una tradición de origen prehispánico, que le permitió a mujeres de la época desarrollar sus oficios domésticos alrededor del telar de cintura.

Con 78 años de edad, Claudia Vega es una de ellas, una de las pocas tejedoras de Panchimalco que aún preserva esta técnica de tejido artesanal con la que crean paños, bufandas, manteles y otra indumentaria.

Vega recuerda que aprendió a los 11 años con su abuela María Cleofas Rivera, quien también le enseñó a sus hermanas y a sus primas.

Entrega. Doña Claudia Vega tiene más de 60 años de dedicarse a tejer en telares de cintura, en Panchimalco. LPG / Wendy Urbina

“Ella compraba el algodón y nos decía: ‘quitenle la semilla al algodón porque más tarde voy a hilar’. Ella tenía su malacate y preparaba el hilo. Si quería con colores ella lo teñía con la cáscara de nance, sacatinta…”, trae al presente.

Como parte de las costumbres de la época, doña Claudia recuerda que antes, los paños que se confeccionaban los utilizaban las mujeres para distinguirse de las casadas y las solteras. “Si andaba con un paño rojo es porque era soltera, y si andaba uno negro ya estaba casada”, asegura.

También al momento que alguien fallecía, si era mujer, el paño se le amarraba en la cabeza, y si era hombre, se le colocaba sobre los hombros.

La técnica sigue siendo la misma, igual las herramientas como el “susupaste” y los “paquioteros”, no así los hilos, algo que ha cambiado con el tiempo. “Para los manteles ahora ocupamos hilo de coser, hilo Hércules, para los paños es lana y para hacer las bufandas es hilo Clea”, menciona.

Significado. El telar de cintura debe su nombre a la forma en que la tejedora lo ajusta a su cintura con un ceñidor llamado “mecapal”.

Legado

Lo que heredó de su abuela, con los años, la llevó a ser una maestra de esta técnica y a transmitirla a las nuevas generaciones. En la actualidad, doña Claudia se dedica a enseñar en la Casa de la Cultura de Panchimalco.

“Acá estamos nosotros para enseñar y que esto no vaya a desaparecer. Es el único telar de cintura que está acá (Panchimalco), porque de palanca si hay en Santiago Texacuangos y San Sebastián”, afirma.

Para ella, el telar de cintura tiene un gran valor cultural, y reconoce que sería una lástima que llegara a desaparecer. Por eso invita a cualquier persona que tenga el deseo de aprender a llegar a la Casa de la Cultura.

Finalmente, doña Claudia asegura que a su edad ya es cansado tejer, pero es algo que no dejaría de hacer pues es algo que siempre ha disfrutado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *