Hombre mata a siete personas en iglesia de Testigos de Jehová en Hamburgo y se suicida
El atacante, Philipp P., había sido testigo de Jehová pero abandonó la comunidad religiosa hace aproximadamente un año y medio
Un atacante mató el jueves a siete personas que participaban en un oficio religioso en Hamburgo (norte de Alemania) y se quitó la vida al llegar la policía. Usó para la matanza una pistola para la que disponía de un permiso de armas, anunciaron este viernes las autoridades.
Los hechos ocurrieron sobre las 21:00 horas locales, cuando F. abrió fuego primero contra una mujer que se hallaba en un vehículo del párking del edificio y después comenzó a disparar a través de la ventana del bajo donde una cincuentena de testigos de Jehová celebraban un oficio religioso.
Sin dejar de disparar, penetró en el interior, donde acabó con la vida de siete personas, antes de que se viera interrumpido por la llegada de las fuerzas especiales de la policía.

Las siete víctimas mortales del ataque son cuatro hombres y dos mujeres, de entre 33 y 60 años y todos ellos de nacionalidad alemana, así como una criatura nonata de siete meses de gestación. Ninguno de ellos eran parientes del atacante.
Ocho personas resultaron heridas y cuatro de ellas permanecen de momento en estado grave, de las cuales seis poseen nacionalidad alemana, además de contarse entre ellas una mujer ugandesa y una ucraniana.
Los representantes de la Fiscalía y de la Oficina de Investigación Criminal de la policía señalaron por su parte que el atacante, que ha sido identificado como Philipp F., de nacionalidad alemana, no contaba con antecedentes penales de ningún tipo y poseía un permiso de armas como tirador deportivo.

Según los medios alemanes, el atacante era originario de Kempten (sur de Alemania) y en su página web ofrecía sus servicios como asesor en materias de diversa índole, desde empresariales a teológicas.
Philipp P. había sido testigo de Jehová pero abandonó la comunidad religiosa hace aproximadamente un año y medio, “de forma voluntaria pero no de buenas maneras”, según el portavoz de la Oficina de Investigación Criminal, Thomas Radzuweit, aunque sobre las circunstancias de su partida las informaciones por el momento son contradictorias.
“El perpetrador huyó a la primera planta del edificio y allí se suicidó, por lo que hablamos en total de ocho muertos”, dijo el concejal de Interior de Hamburgo, Andy Grote, en una rueda de prensa.

Cuando los agentes entraron al inmueble, que era utilizado por los testigos de Jehóva, vieron de inmediato cómo un individuo con un arma de fuego huía al piso superior, confirmó el director del operativo policial, Mathias Tresp.
A continuación, encontraron “a un hombre sin vida con un herida letal y con un arma de fuego al lado”, afirmó Tresp, que enfatizó que la rápida actuación de la policía logró “aislar” al atacante de sus víctimas y evitó que se produjeran más muertos.
Para el crimen empleó la pistola que estaba registrada a su nombre y en su vivienda han sido halladas múltiples cajas con municiones. Además la policía ha confiscado dispositivos electrónicos que todavía están siendo investigados.
Aunque la motivación del ataque todavía está por esclarecer, no hay indicios de que haya un trasfondo político, sino que las autoridades apuntaron más bien a una posible disputa personal, a pesar de que no entraron en detalles.

LA POLICÍA HABÍA RECIBIDO ADVERTENCIA ANÓNIMA
Las autoridades alemanas habían recibido una advertencia anónima sobre el estado psiquiátrico del atacante, según reconoció hoy el jefe de policía de esa ciudad del norte de Alemania, Martin Meyer.
El atacante de 35 años y extestigo de Jehová, había obtenido el año pasado un permiso de armas como tirador deportivo que le permitió adquirir la pistola que usó en el ataque contra esa comunidad, anunciaron este viernes en una rueda de prensa conjunta las autoridades policiales y la fiscalía.
Meyer explicó que un informante anónimo había alertado de que, debido a un trastorno psiquiátrico sin diagnosticar, no era un candidato adecuado para un permiso de armas.
Las autoridades realizaron las diligencias correspondientes pero de acuerdo con los resultados de la inspección que se llevó a cabo no se adoptaron más medidas y a F. no se le retiró el permiso de armas, señaló el responsable policial.

“Un soplo anónimo de alguien que manifiesta preocupación porque alguien pueda tener un trastorno psíquico no es una base sobre la puedan adoptarse medidas”, remachó Meyer ante las preguntas de la prensa y argumentó que esa posibilidad llevaría a un clima de denuncia mutua entre la ciudadanía.
La relación entre el tirador y la comunidad de testigos de Jehová que atacó no ha sido todavía esclarecida por completo y las autoridades investigan si la abandonó por voluntad propia o si fue expulsado debido a algún tipo de disputa.
Sin embargo, Meyer recalcó que “no hay ningún indicio de que miembros de la comunidad se sintieran amenazados”.